PLAN MACABRO: CRIMINALIZAR Y MATAR A LOS POBRES
Por Ernesto Alonso López
El genocidio silencioso: cómo los gobiernos criminalizan y matan a los pobres. La condena es una muerte lenta y dolorosa.
Es una vergüenza que, en pleno siglo XXI, todavía existan gobiernos que criminalizan a los pobres y a la pobreza en lugar de abordar las causas fundamentales de la desigualdad y la injusticia social. En lugar de proporcionar recursos y oportunidades para que los ciudadanos puedan salir de la pobreza, los gobiernos eligen criminalizar a los pobres y encarcelarlos en lugar de ayudarlos a vivir una vida digna y respetuosa de los derechos humanos.
Estos gobiernos le dan una patada a los pobres mientras están abajo, quitándoles lo poco que tienen y convirtiéndolos en chivos expiatorios para distraer a la población de la corrupción y la ineptitud de sus líderes. La política económica neoliberal, que favorece a los ricos y margina a los pobres, es la principal causa de esta criminalización. Es hora de que los ciudadanos se levanten y exijan justicia y equidad para todos, no sólo para los más ricos y poderosos, porque la oligarquías en Sinaloa siguen existiendo y permanecen intocadas.
Los demonios que gobiernan nuestro pueblo
La clase de seres que gobiernan a nuestro pueblo son despiadados y crueles. Se disfrazan de líderes y defensores de los derechos humanos, pero en realidad son demonios que trabajan para su propia ganancia y beneficio. Son los responsables de crear y mantener un sistema político y económico injusto que deja a la mayoría de los ciudadanos en la pobreza y la desesperación.
Estos demonios se burlan de las necesidades y preocupaciones de las personas que gobiernan, negándoles la oportunidad de una vida decente y justa. No les importa que los ciudadanos se mueran de hambre o que se vean obligados a cometer actos desesperados para sobrevivir. Son los mismos demonios que tienen acceso a la atención médica, la educación y los lujos que la mayoría de los ciudadanos solo pueden soñar.
Estos demonios se regocijan en la miseria y la desesperación de los ciudadanos que gobiernan. Les gusta verlos sufrir y luchar por su vida. Han creado un sistema en el que los derechos humanos son un chiste de humor negro, y solo los más fuertes y poderosos tienen una oportunidad de sobrevivir.
Los ciudadanos están atrapados en un falso bucle mortal, en el que su supuesta única opción es matar o suicidarse, antes de enfrentar la locura de una vida gobernada por demonios. Por supuesto todo esto es llevado a ese nivel para que los recursos se puedan administrar mejor por el grupo de Miserables que detentan el poder y ya perdieron hace mucho tiempo los escrúpulos.
La única forma de liberarse de estos SATRAPAS es unirse y luchar por un cambio real y significativo en nuestro sistema político y económico. Debemos rechazar su agenda y exigir justicia y equidad para todos los ciudadanos, no solo para unos pocos privilegiados.